Cantaba Elton John que
la palabra más difícil de decir era Perdón. Orgullosos del mundo,
estáis de enhorabuena, porque Elton John no tenía ni puta idea.
Mi padre solía decir
que llorar por los que ya no están es un acto de puro egoísmo. No
lloramos porque se hayan ido, sino porque los que nos quedamos en
tierra les vamos a echar de menos. ¡Menuda Gilipollez más grande!
Pensaba yo. Y sin embargo, cuánta razón.
Porque decir Adiós
implica eso, saber que vas a echar de menos. Que cuando pronuncies
las últimas palabras nada volverá a ser igual. Y comienzas a
dedicar todo tu tiempo a hacer acopio de momentos que guardarás con
especial recelo, porque son los últimos. Coleccionas largas
conversaciones, caricias, cogidas de mano y eternos silencios que
echan su propio pulso a un reloj que continua indómito su marcha
hacia el futuro. Y destierras a las musas.
O ellas deciden irse.
Y un día te encuentras
que llega el final, y no es épico, ni poético; ni siquiera es
silencioso. Y te toca despedirte, y quieres que las últimas palabras
sean épicas y poéticas, que signifiquen algo. Y lo único que se te
ocurre son los versos de la última canción que has estado
escuchando en tu Ipod "Buenas noches, ten un buen viaje".
Y entonces te engulle la
nada. Y en tu cabeza suenan los acordes de otra vieja canción. Te
preguntas si os vereis en el cielo, si dirá tu nombre y te cogerá
de la mano, si será lo mismo.
Pero como decía Eric,
los que nos quedamos tenemos que continuar, porque aún no
pertenecemos a ese lugar.
Así que con paciencia
aprendes a vivir tu nueva vida, que en realidad es igual que la de
antes pero con algunos matices: aprendes a hablar en pasado y a
convivir con el vacío que habita en tus entrañas.
Sin quererlo comienzas a
hablarle a una foto vieja, repites las manías que tanto odiabas y
acabas desempolvando viejos vinilos, que desempolvan viejos
recuerdos, que te hacen sonreír.
Y descubres que la vida
siguió. Y que mientras tú acabas de ordenar los 700 vinilos de tu
padre, la Reina de Mayo sigue buscando dónde comprar una escalera
que vaya al cielo.
Un año más llega Mayo. Mes de exámenes y Season finale. Casi todas
las series se despiden hasta septiembre. Y es hora de hacer balance.
Tampoco es que yo este
año me haya matado a ver series, más que nada porque me encanta
acumular y acumular para vérmelas del tirón y así no morir de un
infarto cada vez que en EEUU deciden hacer un parón (cada tres
capítulos). Pero de las siete u ocho series que me he visto
regularmente durante este año, la mejor, con conocimiento de causa o
sin él, para mi y In my opinion ha sido la quinta temporada
de The Good Wife.
¿Nunca os he hablado de
The Good Wife?
La CBS nos trajo
esta serie de abogados creada en el año 2009 por Robert y
Michelle King. Partiendo de la premisa del marido político
(Chris Noth) envuelto en un escándalo de corrupción, The
Good Wife plantea cómo de repente Alicia Florrick (Julianne
Margulies), madre de dos hijos acamodada a la vida de esposa de, se ve en esa encrucijada de ponerse de nuevo al mando
de su vida y seguir adelante en medio de un huracán mediático.
Pensada en un principio
para ser una serie episódica, con un caso por capitulo, pronto se
demostró que era mucho más que eso. A pesar de una primera
temporada un poco regulera, por la que muchos la juzgarán
anticipadamente, la serie sólo consigue mejorar temporada tras
temporada. Los casos episódicos comienzan a perder peso en pos de las tramas principales.
Si aún no la has
visto, no sé a qué esperas. Aquí van cinco razones por la
que deberías estar viéndola.
El
guión: The Good Wife sabe cómo hacer un buen guión, da
giros inesperados cuando los tiene que dar, sabe darlos y los viene
urdiendo desde hace mucho tiempo, algunos, temporadas atrás. La serie se
cuece a fuego lento y jamás deja un cabo suelto. Los guionistas saben
contenernos y contenerse. Podrían haber caído en muchos tópicos
con el triángulo: Will Gardner (Josh Charles)-Alicia-Peter Florrick
(Chris Noth). Muchos espectadores queríamos que cayeran en ellos. Pero ésta no es una historia de amor al uso. Ni The
Good Wife un culebrón a lo Shonda
Rhimes.
Los Personajes
secundarios: Que son muchos y todos están cuidados al
milímetro. Si una cosa se le puede atribuir a The Good Wife es el
mimo con el que los trata, y eso es algo que el espectador nota. La
serie no sería lo mismo sin estos personajes peculiares y extraños,
cómicos casi siempre y que aparecen cuando menos te lo esperas.
Puede que lleves un
tiempo sin verlos; puede que más de una temporada, y de dos; y de
repente, ahí están de nuevo, como si nuca se hubieran ido. Y tu lo
agradeces porque puede que no lo sepas, pero los amas. Te gusta
Elsbeth Tacioni (Carrie Preston), que no calla ni debajo del agua,
ni logra acabar una frase con sentido, pero que es una abogada
sorprendentemente inteligente que siempre logra sacarnos una
sonrisa. A Louis Canning (Michel J.Fox) y la explicación de sus
temblores no le tendremos tanto cariño, el hijoputa nos la cuela
una vez y no más; Y desconfiaremos siempre que aparezca Colin
Sweeney (Dylan Baker) con alguna de sus mujeres porque nunca
lograremos saber qué están tramando.
Actores como Matthew Perry, Lisa Edelstein, Maura Tierney, Mari Beth Peil y Amanda Peet se han unido a la larga lista de secundarios que han pasado por esta serie a lo largo de sus cinco temporadas.
Alicia ¿Cómo sabes eso?
Elsbeth: No sé cómo sé la mitad de cosas que sé
Los
ascensores: Centro neurálgico de Lockard and Gardner.
Cuántos viajes piso arriba y piso abajo de silencio, incertidumbre
y tensión sexual. Cuántas conversaciones interrumpidas o zanjadas.
Cuántas estrategias maquinadas. ¡Qué buenos momentos dan a la
serie!
La música:
Con ella, la serie consigue sacudirse todo ese aura de seriedad que
la envuelve. Los despachos de abogados, el juzgado, los mítines,
los personajes trajeados... A veces todo resulta demasiado
encorsetado. Los guionistas saben poner las notas correctas en el
momento correcto para conseguir ese toque desenfadado que siempre
sorprende y que aporta aire fresco.
Su humor:
The Good Wife tiene hueco para el humor, un humor peculiar, alejado
de gags o de la risa fácil. Un humor que descubrimos oculto en
encuentros incómodos, madres entrometidas, analistas de inteligencia
realizando escuchas o jueces/zas "In my opinion" un
tanto peculiares. Un humor sutil e inesperado, que consigue
arrancarnos carcajadas cuando menos lo esperamos.
The Good Wife es la serie
que deberías haber empezado a ver hace cinco años, y lo sabes.
Y para los que ya la
habéis visto, sabíamos que la quinta temporada iba a ser
diferente, la renovación de la música de cabecera ya nos lo advertía,
se avecinaban cambios, y de los importantes. Robyn (Jess Weixler) nos
lo sintetiza muy bien en su frase final de temporada cuando se le
escapa un espontáneo:"Holy Crap".
No creo que haya mucho
más que añadir a una temporada redonda, con un ritmo frenético,
que apostó su mayor órdago en el capítulo 5x15 titulado
"Dramatics, your honor" que hizo tambalear los
cimientos sobre los que se asentaban todos los personajes y
especialmente el de su protagonista, Alicia Florrick. Pero con su apuesta,
hizo saltar a la banca. Demostrando porque mucha gente ya la aclama
como LA serie. Y es que sólo The Good Wife sabe cómo dispararse al
pie a si misma varias veces y salir fortalecida de ello.
De momento, tendremos que
esperar a septiembre para saber si los King deciden dar otra vuelta
de tuerca a la trama, (poniéndola patas arriba una vez más) o si la
última pregunta que le hace Eli Gold (Alan Cumming) a Alicia (Holy. Crap. Again.) es un simple Chilfhander que se queda en nada.
Sea cual sea esa respuesta, la cara
de Eli cuando su cabeza comienza a atar cabos ha sido impagable. La
dosis de humor necesaria para poner el broche de oro y cerrar la que
sin duda ha sido LA mejor temporada de LA mejor serie del año.
¿Qué tienen en común
Anna Hathawey, Susan Sarandon, Jonh Travoltan o Judy Garlan? Todos
estos actores de éxito han tenido que mostrar sus dotes musicales
por exigencias del guión, protagonizando algunas de las mejores
escenas musicales de la gran pantalla .
Tomando como punto de
referencia las películas musicales, damos paso a cinco de las
mejores canciones de esta categoría, que ya sean interpretadas
por los actores que las protagonizaron, o no, siempre serán,
Canciones de Cine.
Summer Nights.
Grease
I met a
girl crazy for me - I met a boy, cute as can be
(Conocí
a una chica loca por mi- Conocí a un chico tan dulce como podía
ser)
No nos equivoquemos, el
musical de Grease dio muchas canciones y probablemente para muchos la
mejor fue la You're the one that I want, sin embargo esos falsetes
que se nos marca Jonh Travolta al final de Summer Nights bien son
merecedores de este puesto.
La canción fue escrita
por Jim Jacobs y Warren Casey y cantanda por Olivia Newton-Jonh y
Jonh Travolta en 1978 para la película Grease. El single debutó
en el numero 5 de la lista de Billboard Hot 100 de ese mismo año y
en 2010 quedo novena en el ranking de las "Mejores canciones de
verano de todos los tiempos" realizada también por BillBoard.
P.D. Ojito a la versión
española. Si no la habéis escuchado hacerlo.
Somewhere Over th
Rainbow. El Mago de Oz
That's where you'll
find me
(Allí me
encontrarás)
La canción fue escrita
por Harold Arles y Yip Harburg e interpretada por Judy
Garlan en 1939 para la película El Mago de Oz. Somewhere Over
the Rainbow se hizo con el Oscar a la mejor canción ese mismo año.
En la wikipedia podemos
encontrar una larga lista con todos los cantantes que han versionado
la canción a lo largo del tiempo, desde Louis Amstrong hasta Deep
Purple, pasando por Beyoncé o Plácido Domingo. Sin embargo una de
las versiones más famosas y que más gusta es la del cantante
Hawaiano Israel Kamkawiwo'ole (ojú, que apellido) que en su
versión introduce versos de la canción What a Wonderfull World.
I'm Dreamed a
Dream. Los Miserables
Now
life has killed the dream i dreamed
(Ahora,
la vida ha matado el sueño que una vez soñé)
En 2012 Hollywood
decidió versionar con acierto el musical de Los Miserables, basado
en la Novela de Victor Hugo. La película nos acercó a la Francia
del Siglo XIX, de una manera muy diferente a como lo hacía el
musical teatral; esta versión es mucho más realista y cruda y en
ella vemos cantar a varios actores entre los que destacan Hugh
Jackman y, como no, la protagonista de la que probablemente sea la
única canción del musical cuyas notas no olvidaremos jamás;
Anne Hathawey nos regala la que es, hasta el momento, la
interpretación de su vida: la de la joven soñadora Fantine.
Ninguna otra canción en todo el musical, que son dos horas y media de gorgoritos continuos, es interpretada de una manera tan brillante y
desgarradora.
Por favor, quien no haya
llorado con esta escena que se lo haga mirar, porque está claro que
es un ciborg.
Another brick in
the wall. The Wall.
We don't need no
education
(No
necesitamos educación)
El bajista de Pink Floyd,
Roger Waters, escribió y compuso esta canción en 1979 para
el album The Wall, que daría el salto a la gran pantalla en 1982
a través del musical del mismo nombre dirigido por Alan Parker y
cuyo guión fue adaptado por el propio Roger Waters.
La canción se
convertiría en todo un himno tras la caída del mundo de Berlín en
1989. Y sería precisamente tras este acontecimiento, cuando el
grupo daría en la ciudad alemana el que está catalogado como el mejor
concierto Rock de la historia. Un espectáculo no sólo musical,
también visual y en el que participarían muchos cantantes invitados
como Cindy Lauper.
The Time Warp.
The Rocky Horror Picture Show
La obra creada por
Richard O'Brien, un ex-actor que había trabajado como extra
en demasiadas películas, supuso una revolución en la década de los
setenta. Pensada inicialmente como obra de teatro y tras el éxito
alcanzado en ciudades como Londres o Los Ángeles, se decide llevarla
al cine en 1975 con Tim Curry, quién la había protagonizado
en Londres, como actor principal.
Una de las mejores
canciones que nos dio este musical, que tiene muchas, fue The Time
Warp. Una canción divertida e hilirante, con coreografía incluida,
que bien se merece el puesto de la mejor canción musical.
¡Darle al play y a
bailar! El baile es muy fácil.
It's just a jump to the
left
(Tan sólo
es un paso a la izquierda)
P.D.
Sí, esa es Susan Sarandon en el que fuera uno de los primeros
papeles de su carrera.
Y para vosotros ¿Qué canción no debería faltar en la lista?
La serie de Emily Van
Camp ha cerrado su ya tercera temporada con un final por todo lo alto
que nos llena de preguntas y nos deja con muchas ganas de saber qué
pasará en la siguiente temporada. Aviso desde ya que a partir de
aquí esto va a ser un no parar de SPOILERS
Para mi gusto Revenge
(2011.ABC) siempre ha sido una serie bastante irregular, una mezcla
de misterio, acción, artes marciales y culebrón que funciona y entretiene a partes
desiguales. Si la primera temporada se dejaba ver, al final de ésta
los guionistas pronto se comenzaron a meter en berengenales del tipo: "Tu madre
sigue viva" para desarrollar a lo largo de la segunda el "tu
madre sigue viva y es una psicópata" y además nos inventamos
un grupo de terroristas ricachones llamado "La Iniciativa";
de los que no supieron seguir una historia que fuera más o menos
verosímil y a los que acabaron dando carpetazo de una forma demasiado
rápida y brusca. (aunque todos los seguidores de la serie lo
estábamos deseando.)
Al inicio de la tercera
temporada parece que Ems se volvió a centrar un poco y ceñir al
plan original: ir vengándose uno a uno de las personas que ayudaron
a mandar a su padre a prisión. Como en todas las temporadas algunas
tramas cogieron derroteros innecesarios; ya me diréis a mi lo que
influyó descubrir a la verdadera madre de Jack o el aporte del hijo
primogénito de Victoria o la llegada de Javier o esa pequeña
aparición de la hija de Takeda. Solo sirvieron, "In my opinion", para alargar una trama, rellenar capítulos y provocar esos finales con giros de guión inesperado que tanto les
gustan a los guionistas.
Pero si a algo nos tiene
acostumbrados Revenge, es a resurgir en las season finale y dejarnos a
todos con el corazón en un puño y al borde de la apoplejía.
La tercera temporada de
Revenge comenzó a resurgir en ese momento en que Conrad empuja a
Pascal contra las hélices de un helicóptero. Fue un shock para
muchos (sobretodo por la noticia que salió en su día de que el
actor Oliver Matinez estaría en la cuarta temporada) desde entonces
se encadenan una serie de acontecimientos en los que no hay lugar a
tramas superfluas de relleno y eso nos gusta: el secuestro de
Charlotte, el misterioso anillo de David Clark, las trampas de
Victoria a Emily, la confesión de Conrad, su entrada en prisión..
todo esto nos auguraba un final de temporada por todo lo alto, claro
que ninguno nos imaginábamos lo que aquí iba a pasar. O bueno, algo, algo ya nos imaginábamos.
La muerte de Aiden era de esperar. Anunciar que alguien del reparto principal va a
morir es un caramelito en la boca al que pocas series se suelen
resistir en pos de aumentar la expectación hacia el capítulo
(Bocachanclas les denomino yo), lo cierto es que su muerte es la gran escusa para retomar la relación de Emily-Jack, porque seamos sinceros, por más que nos gustaran Emily
y Aiden juntos, desde el minuto uno de la serie se sabe que su protagonista
acabará con el pavisoso de Jack. No hay nada que hacer.
El siguiente elemento
sorpresa aparece cuando un agente de prisión-Break corrupto deja en
libertad a Conrad Greyson, aquí es cuando a todo fan le empiezan a
recorrer sudores fríos y comienza a pensar que la pesadilla de La
Iniciativa aún no ha acabado, pero no, todo es mucho mejor porque
alguien muerto vuelve a la vida para cobrarse su venganza personal y
acaba apuñalando a Conrad en una carretera oscura en medio de la
nada...¿pero qué cojones...?
Sí, David Clark aparece
vivo para sorpresa del propio Conrad y todos los espectadores, o quizás no, porque allá por el final de la primera temporada su creador, Mike Kelley ya nos había contado eso de que tenía en mente hacer regresar a David Clark a la vida en este artículo; lo que no sabemos es dónde
ha estado todo este tiempo, ni por qué ha fingido su muerte, ni cómo
no ha tenido la decencia de contactar con su hija y decirle que lleva
tres temporadas haciendo el tonto. Al final, esa frase que Victoria le
dice a Emily sobre su padre, refiriéndose a que ella (Emily) no lo
conoce como realmente es, va a resultar verdad y el padre de Amanda
tiene muchos secretos que confesar.
Después de este shock, la
verdad que poco consigues centrarte en como continúa la trama. Teníamos a Victoria persiguiendo a Emily hasta el cementerio para
enfrentarse a ella y decirle que ya sabe que es Amanda Clark, entonces
llega el momento palazo y tu piensas eso de ¿Ahora es cuando la
entierra viva, verdad? Pero no, sabemos que Emanda es una perra sin
escrúpulos, pero a ella le gustan más las venganzas épicas que un
simple y fácil asesinato. Así que su plan maestro acaba siendo ver
como Victoria es ingresada en un centro psiquiátrico donde lo tendrá
muy complicado para salir.
Y en otras cosas menos
interesantes que también pasan en el capítulo...
Charlotte descubre que
Jack fue su secuestrador (con un simple toque en el hombro) y éste acaba siendo detenido; el hermano
de Margaux llega por todo lo alto para hacerse un hueco entre las
alimañas más odiosas de los Hamptons (le auguro 5 capítulos y luego
si te he visto no me acuerdo) Y respecto a Daniel....¿En serio a
alguien le sigue interesando este personaje?
Ahora toca lo difícil,
esperar a que vuelva a ser verano en los Hamptons y ver que nos trae
en Otoño la ya cuarta temporada, en la que estamos seguros tendremos
venganza para rato. La pregunta que toca hacerse ahora es ¿Quién
será el destinatario de la ira de Emily?
Aprovechando que estamos
en Mayo y que es el mes de los exámenes por excelencia, hacemos un
repaso de cinco series que NO deberías ver si estás estudiando ¿Por
qué? Porque los libros y apuntes serán tu opción de descanso entre
capítulo y capítulo.
JUEGO DE TRONOS:
Temporadas 1-actual
La Joya de la Corona de
HBO, basada en las novelas de George R.R.Martin, y de la que ya os hablé aquí, a parte de un millón
de personajes diferentes y una trama bien enrevesada, se caracteriza
por esos momentos álgidos que nos hacen soltar un "Qué coño
ha pasado aquí" y que nos impiden ser capaces de esperar a saber qué
pasará en el próximo capítulo. Es difícil elegir cuál es la mejor de sus 4 temporadas, porque en todas estarás deseando ponerte el siguiente capítulo. Si aún no la has visto o te
quieres poner al día con ella y tienes un examen pronto NO lo hagas
ahora, espérate un poco, acumula capítulos y ya te los zamparás
después.
Solo deberías verla si
tu examen es deAlto Valiryo, y quieres aprender a mejorar tu
pronunciación.
THE GOOD WIFE:
Temporada 5
¿Y las Temporadas
anteriores? Pues las anteriores son muy buenas, pero es más fácil
mantenerlas en standby cuando te lo propongas, con la quinta eso NO
pasará, querrás verla del tirón. La serie de abogados que emite
CBS vive uno de los mejores momentos de su historia, aun no ha tocado
techo, no para de crecer y mejora capítulo tras capítulo, incluso
después de ESE capítulo en el que tú te preguntarás ¿Y ahora
qué? Te sorprenderá reinventándose una vez más. Tenemos (y queremos) Alicia Florick para rato.
Y tú querrás
verla. Al acabar cada capítulo tendrás sudoraciones, temblores
nerviosos y te dirás aquello de "bueno un capítulo más y me
pongo a estudiar". Pero eso no pasará. Lo sé. Lo sabes. Hazme
caso y no lo intentes.
Sólo si estás
estudiando derecho tu escusa será medianamente buena, pero aún así,
seguirá sin colar.
HOMELAND: Temporada
1
Porque la primera
temporada de la serie de Showtime fue redonda. La serie nos cuenta la
historia de Carrie, una agente de la CIA que tiene que descubrir si
Broody, un marine secuestrado durante ocho años por una célula de
Al-Qaeda, ha cambiado de bando y pretende atentar contra los EEUU.
Las
actuaciones de Claire Danes y Damian Lewis fueron soberbias y
merecedoras de varios premios, y la trama, qué os voy a decir de la
trama, engancha hasta límites insospechados y te deja sin aliento en
cada capítulo. Dos temporadas más vinieron después, pero seamos
sinceros, como la primera no hubo ninguna, y ya ni la habrá. Lo
tendrás difícil, muy difícil para despegar tu culo del sofá, así
que solo deberías de verla si tu examen se centra en el estudio de
trastornos mentales bipolares.
TRUE DETECTIVE
La serie revelación de
este 2014 vino de la mano de HBO, en ella Matthew McConaughey y
Woody Harrelson se ponen en la piel de
dos detectives que deben investigar una serie de extraños
asesinatos. La historia es tan obsesivamente adictiva como obsesivamente
meticuloso y curioso es el personaje al que da vida McConaughey. No
podrás, ni querrás, darte un descanso entre capítulo y capítulo, que de lo malo son sólo 8, y puedes verte del tirón en un día de descanso. Habemus escusa.
Aún así no deberías
verla a menos que tu examen trate de La Teoría M.
HOUSE OF CARDS:
Temporada 1-2
Kevin Spacey vino a este
mundo para dar vida al maquiavélico Frank Underwood, un congresista
demócrata que hará de todo para hacerse con el poder. La serie,
emitida por Netflix, cuenta de momento con dos temporadas que saben a
poco, y nos dejan con muchas ganas de ver más.
Solo deberías verla si en
tu examen cae el tema de cómo dominar el mundo, entonces será
indispensable que la veas, porque Underwood te da unas cuantas
lecciones acerca del tema.
Y para vosotros ¿Cuál
es esa serie que se convierte en vuestra pesadilla en periodos de
estudio?
Quien haya nacido en los
80 y tenga hermanos, me entenderá, porque ¿Quién no ha llamado nunca a los
Goblins para que se los llevaran y dejaran de incordiar en nuestras
vidas?
Los Goblins, por si
alguien no sabe de qué estoy hablando, eran unos seres feos,
maleducados y de voz chillona que se dedicaban a robar bebés para
que el malvado Jareth, Rey de los Gobblins, los criara como uno más
en su castillo dentro del Laberinto.
La película Dentro del
Laberinto nos cuenta la historia de una adolescente algo rebelde y
con mucha imaginación llamada Sarah (Jeniffer Connelly) que vive
inmersa en su mundo de cuentos, donde a la realidad y a lo imaginario
apenas les separa una delgada línea. El libro favorito de Sarah se
llama El Laberinto, (que como podéis imaginar habla de los Goblins y
su Rey.) Por eso, una noche en que su padre y su madrastra salen a
cenar y le toca cuidar al consentido, pesado y llorón de su hermano
pequeño Toby (un bebé de apenas un año) en un ataque de maldad
transitoria y como tantas veces leyó en sus libros decide pronunciar
las palabras mágicas: "Ojalá vinieran los Goblins y se te
llevaran, ahora mismo"
Pero lo que de
Sarah pensaba que era una fantasía se hace realidad. Comienzan a aparecer sombras extrañas y
peludas que se llevan a su hermano y Jareth, el Rey de los Goblins
(David Bowie) aparece ante ella. Al darse cuenta de lo que ha hecho,
Sarah, arrepentida, le pide que le devuelva a Toby, él le
propone un trato: Tiene 13 horas para atravesar el Laberinto, llegar
al Castillo y liberar a su hermano, sino éste se quedará con él y
lo perderá para siempre.
Y así comienza la Odisea
de Sarah, que nos llevará a través de un mundo de fantasía, donde
los personajes extraños, los acertijos y los callejones sin salida
serán los protagonistas.
El film fue dirigido por
Jim Henson (Dark Crystal) y toma referencias de Alicia en el País de
las Maravillas y El Mago de Oz. Como curiosidad, los únicos
personajes humanos eran Connelly y Bowie, el resto del reparto son
títeres o actores caracterizados entre los que destaca Warwick
Davis (Protagonista de Willow, otra que habrá que revisionar) dando
vida a un soldado Goblin.
La película es de 1986 y
cuenta con unos efectos especiales muy pobres (los de la época), que hoy en día
dejarían bastante que desear y que a veces rozan lo grotesco con
tintes de vergüenza ajena. Aún así la magia de la historia
sobrevive a los desajustes tecnológicos y continua inmortal, entre
otras cosas, porque todos fuimos Sarah en algún momento de nuestras
vidas. Tuvimos que crecer, aprender a tomar decisiones, aprender a
ser adultos y con ello una lección muy importante: nadie tiene poder
sobre nosotros, ni siquiera ese mundo de fantasía que nos resistimos
a abandonar para evitar enfrentarnos a la cruda realidad de que sin
quererlo nos hemos hecho mayores, hemos dejado el Laberinto atrás, y
ya nunca volveremos a la ciudad de los Goblins.
Por supuesto, lo mejor de
todo es la banda sonora de David Bowie ¿De quién sino?
P.D. Por si a alguien no le quedó claro, es una película infantil; pero que muchos adultos disfrutarán
Vamos a hacer un
ejercicio de reflexión seriéfila. Paremos a pensar un momento en las
series de moda que estamos viendo de unos años a esta parte. Se me
ocurren títulos de los más variopintos que van desde House Of
Cards a Juego de Tronos, pasando por The Walking Dead y dejando en el
retrovisor a The Wire. ¿Qué tienen en común todas estas
series? Sí, son todas series de éxito que marcaron la vida de muchos espectadores, pero además de todo ello está el
hecho de que antes que serie fueron libros.
Puede que las
adaptaciones literarias hayan tenido un resurgimiento especial desde
que EL Señor de los Anillos fuera llevada al cine, después de ella
vino otra gran saga: Harry Potter, y así en los últimos años viene siendo algo normal ver a nuestros héroes literarios en la gran
pantalla. La industria de la televisión ha debido de pensar que la
táctica debía de ser igual de exitosa en la pequeña pantalla o
incluso más, al tratarse de un producto de mayor duración que
podría cuidar mucho más los detalles, y de ésta manera ha
encontrado historias en las que inspirarse aguardando con paciencia en las estanterías.
Ahora que esas
estanterías se van quedando vacías de libros, surgen las ideas de crear series a partir de películas. Las últimas noticias apuntan a que Paramount Tv está
preparando una serie sobre El Show de Truman y otra sobre
Ghost, pero lo cierto es que otras antes que ellas han
desarrollado esta idea: la reciente About a Boy, Anger
Mannagement, Friday Night Live o Buffy Cazavampiros son algunos
ejemplos de esta nueva moda.
Otra táctica televisiva
muy en boga en EEUU es hacer remakes a la americana de series
de televisión de todo el mundo: Homeland
es el ejemplo más conocido, y exitoso, basado en la serie israelí
Hatufim, también The Killing o The Brigde
están basadas en sendas series danesas (Forbrydelsen y Boen) Being
Human está basada en la serie
inglesa del mismo nombre e incluso la española Los
Misterios de Laura tendrá su
adaptación americana. Y por supuesto, dentro de esta sección se encuentra las de las Pre-cuelas:Bates Botel:
Pre cuela de Psicosis; Black Sails: Pre-cuela de la Isla del
Tesoro. Hannibal: Pre-cuela de la saga sobre Hannibal Lecteriniciada en El Silencio de los Corderos.
Probablemente las series de televisión americanas estén viviendo el mayor apogeo de su
historia. Se han convertido en un auténtico filón; todo el
marketing que las acompaña o el fenómeno fan mundial son algunas de
las razones que han impulsado a muchas cadenas a desarrollar sus
propias producciones televisivas. El mercado está en alza, pero a
veces parece que no nos tienen nada nuevo que contar, parece que es
más fácil, rápido y puede requerir menos esfuerzo desarrollar una
idea que alguien ya desarrolló antes, y además, con éxito.
Pero veamos el otro lado,
dentro de los estrenos más recientes de series nos encontramos con
True Detective, ejemplo de cómo hacer una serie original de
calidad y éxito; The Following (que es el ejemplo contrario)
The Americans u Orphan Black. Los argumentos 100% originales
comienzan a escasear en parrilla¿Nos quedan aún historias por
descubrir que nadie nos haya contado antes? Quizás las series
originales acaben siendo como las Meigas: Haberlas haylas. Lo
difícil será encontrarlas.
¿Y tú qué harías si
no tuvieras trabajo, vivieras en la calle, tuvieras una hija que
mantener, un ex-novio acosador y fueras testigo de cómo alguien que
se parece mucho a ti pero que lleva un traje caro, decide dejarse el
bolso olvidado en una esquina y tirarse a las vías del tren?
Sarah, como la mayoría
de vosotros, decidió aprovechar la oportunidad y recoger el bolso de
esa extraña desconocida (increíblemente tan parecida), usurpando su
identidad. Dando así comienzo a una de las series más interesantes
que nos trajo 2013: Orphan Black.
Lo cierto es que la
historia de cómo una mujer decide suplantar la identidad de otra y
las consecuencias que eso le acarrea ya nos la contó Ringer, allá
por el 2012 y para ser francos, sin mucho éxito (la serie que
supuso el retorno de Buffy a la televisión fue cancelada y no pasó
de su primera temporada).
Pero a lo que íbamos,
puede parecer que Orphan Black va de eso, de cómo alguien tiene que
amoldarse de repente a la vida de otro para poder salir adelante y no
ser descubierta en el intento, pero...¿Y cuándo aparecen dos, tres
y hasta cuatro personas que no solo se parecen a ti, sino que son
copias exactas y a eso le añadimos el hecho de que hay alguien que
se está tomando muchas molestias en hacerlas desaparecer? Sí,
entonces podemos decir que nuestra protagonista se acaba de meter en
un lío de cojones.
La BBC nos trajo el
año pasado esta historia sobre clones que se ha ganado el voto de
la crítica y el público gracias, en primer lugar, al trabajo de su
actriz principal Tatiana Maslany.
Maslany, hace parecer
fácil algo que realmente es sumamente complicado: interpreta a
Sarah, a Beth, a Cosima, a Alison, a Helena, a Katja (y a las que
nos queden por ver) de una manera tan creible y sutil que con un solo
gesto, una postura o una manera de mover sus cejas sabes cuál es el
personaje que tienes ante ti. No es de extrañar que por todo ello
recibiera una nominación a los Globos de Oro y ganase varios premios
de la critica como los Critics Choice Awards de 2013.
Orphan Black, además,
nos ofrece un producto novedoso: un relato de ciencia ficción
enmarcado dentro de los limites de la realidad.
Es un hecho que el ser
humano ha descubierto los mecanismos para la clonación, la Oveja
Dolly fue una prueba de ello, y la serie se nutre de ésto para dar
un paso más allá e imaginar qué pasaría si alguien decide jugar
a ser Dios y lleva a cabo este experimento con seres humanos. ¿Sería
esto un gran paso para la humanidad o algo moralmente inaceptable?
¿El progreso científico lo justifica todo?¿Dónde están los
límites? Son preguntas que no dejamos de plantearnos mientras vemos
la serie, pero que ésta prefiere dejar en un segundo plano y
centrarse en las protagonistas de la historia: los clones, y en cómo
se convierten en meras piezas dentro de un juego cuyas reglas
vagamente conocemos y, a priori, apenas somos capaces de
entender.
Los
10 primeros capítulos toman sus títulos del libro El Origen de
las Especies de Charles Darwin, dándonos alguna pista de
la pregunta fundamental a la que iremos dando respuesta durante la
primera temporada ¿Cúal es el Origen de los clones? Descubrirlo
solo nos traerá más preguntas. Tan solo estamos oliendo el hielo que
nos avisa del Iceberg.
La segunda temporada
se estrena el próximo 19 de Abril. Ya veremos si este segundo
bloque mantiene el ritmo y las expectativas de la primera entrega, y
sobre todo si nos proporciona respuestas. Lo que es seguro, es que
volveremos a ver y disfrutar los mil y un personajes de Tatiana
Maslany, y ya solo por eso la espera habrá merecido la pena.
Un nuevo especial sobre
la música que acompaña a nuestros recuerdos cinéfilos. Hoy
hacemos hueco a cinco de esas canciones que, después de tanto y tanto
escuchar hemos acabado odiando, pero que a pesar de todo, siempre
serán Canciones de Cine.
5.Oh, Pretty Woman.
Roy Orbison
La canción, lanzada en
1964, (bien podía haber sido incluida en el especial anterior) pone
la banda sonora a esa especie de revisión moderna del clásico de
Disney de "La Cenicienta" que fue Pretty Woman y que
protagonizaron Julia Roberts y Richard Gere recién estrenados los
años 90.
Sobreviví 23 años sin
ver la película, a pesar de las continuas reposiciones del film pero
no tuve tanta suerte con la canción, que siempre acompaña a las
promociones de la película y aún suena en alguna que otra radio.
Que queréis que os diga, me cansa el ritmo, la melodía siempre igual,
la letra repetitiva y el hecho de que cada vez que la escucho veo
Julia Roberts por todas partes.
Bring me to Life.
Evanescence
En 2003 se estrena la
película Daredevil con Ben Aflleck (Aka Batman) como
protagonista, dando vida a este superhéroe ciego con sed de
venganza, y que pasó con más pena que gloria por las pantallas de
todo el mundo.
Sin embargo, la película
sirvió para dar a conocer al grupo Evanescence que en seguida se
coló en las listas de éxito de varias radios. Bring me to life era
buena, pero acabó muriendo de éxito y el grupo con ella.
3.
Supercalifragilisticoexpialidoso. Richard M Sherman y Robert B.
Sherman
Mundialmente conocida por
ser interpretada en 1964 por Mary Popins, la niñera que todos los
niños queríamos tener y todos los padres despedir, y que cantamos en
innumerables ocasiones, más rápido, más lento, al derecho o del
revés; la melodía rítmica y los gorgoritos de Julie Andrews
comienzan a ser cansinos cuando llegas a la repetición 1312549 (Y
mucho antes también) de esa escena inverosímil de una cacería en
dibujos animados.
En este paquete también
podemos meter la deprimente "Migas de pan" que a más de
uno/a nos hacía llorar.
2. I don't want to
miss a thing. Aerosmith.
Escrita en 1998 para
incluirse en la Banda Sonora de la película Armageddon, esa
en la que Bruce Willis y Batman (Alla Ben Affeck) tienen que salvar
al mundo de un meteorito gigante que amenaza con destruir el planeta
tierra y todo lo que en él habita.
La canción permaneció
durante 4 semanas consecutivas (y eternas) en el número 1 del
BillBoard Hot 100 americano, siendo el primer single del grupo que
alcanzaba esta posición.
Personalmente no puedo
evitar las arcadas cada vez que la escucho. ¿Y por qué no ocupa el
numero 1? Bueno, porque en esa posición se encuentra una canción
que no solo me hace potar a mi, sino también a la mismísima Kate
Winsley.
1. My heart will go
on. Celine Dion.
Ai...Titanic,
Titanic, cuantos disgustos trajiste al mundo. No sólo porque todos
sabemos que en esa tabla cabían dos, sino porque contigo llegó esta
pastelada de canción, que después de vender 30 millones de copias y
ganar un Oscar, se convertía también en la canción más emitida
en las radios del mundo. Una auténtica tortura china que aún
hoy, 17 años después, sigue resonando en nuestras cabezas y
haciendo eco en algunas radios.
Veíamos mal la
perspectiva. Ese era nuestro problema.
Si algo se puede decir,
casi con rotundidad a día de hoy y de modo unánime, es que la serie
revelación de este primer periodo de 2014 ha sido True Detective. La
serie de detectives de HBO protagonizada en su primera temporada porMatthew McConaughey y Woody Harrelsonha causado verdadero furor entre los fans.
La historia de Martin Hurlt (Harrelson) y
Rustle Cohle (McConaughey) y de la investigación en el año 1995 de
un asesinato con aires de ritual satánico y un posterior asesino en
serie cuya pista parece seguir viva diecisiete años después, ha
cautivado a miles de ávidos seriefilos y amantes del género
policíaco.
"La reinvención del genero", "Una
serie imprescindible", "La serie del año" y así, un
comentario tras otro de alabanzas, buenos haceres y magníficas
interpretaciones. Lo cierto es que bien merece la serie ser vista
solo para sorprendernos una vez más con McConaughey, quien derrocha
todo el talento que ha estado desperdiciando durante tantos años.
Su personaje sin duda, es EL personaje. Un
tipo raro, inquietante y oscuro. Al borde de la locura. Cercano a la
genialidad. Mundano en general y sin nada especial. El personaje de
Harrelson, por el contrario, es un tipo normal, un padre de familia
con un lío de faldas. Por momentos bobalicón. Y la mayoría del
tiempo impredecible, irracional e iracundo.
Ambos contrarios y sin embargo complementarios.
Y ahí reside el alma de la serie. La razón de que guste, triunfe y
se la alabe. Y es que por momentos perdemos el hilo de la
investigación para pararnos, adentrarnos y deleitarnos en las vidas
de estos personajes.
Aparte de este peculiar totem y la inquietante
caza del asesino; la serie maravilla y conquista también por esos
pequeños detalles, que la hacen especial y la diferencian de otras
de su género: su música, su cabecera, su plano secuencial del
capítulo 4, su escenografía oscura y sombría y esas referencias
omnipresentes a Lovecraft (Que para mi eran totalmente desconocidas y
que descrbrí gracias a este artículo donde te explican muy bien los origenes del Rey Amarillo y Carcosa.)
Analizando todo esto, se entiende porque las
alabanzas eran unánimes. Claro que luego llegó el capítulo 8 y ese
final "raro" que pocos se esperaban.
(Nunca
creí que diría esto, pero...) a partir de aquí si no has visto el
finalno sigas: ¡¡¡Spoilers
!!!.
Para muchos, fue decepcionante descubrir que
finalmente, el asesino, era un tipo normal, que como siempre
pasaba por los primeros capítulos desapercibido, y que las teorías
conspiranoicas que no paraban de tejerse en sus mentes, no tenían
cabida en un fin de temporada que cerraba la historia del asesino de Louisiana de un modo
más o menos feliz.
Pero el problema ya nos lo adelantaba Rustle en
uno de sus inquietantes monólogos sin sentido aparente e ingenioso de
todos modos: No lo estábamos viendo desde la perspectiva adecuada:
veíamos la esfera y no el círculo. Nos cegaba el hecho de
encontrar al asesino, de que su descubrimiento nos sorprendiera y nos
dejara sin aliento. El momento cumbre. La adrenalina. El gran final.
"Pull your
morals down, take away the past, and let the past be gone"
(Destruye
tu moral, aléjate del pasado y déjalo ir)
Sin
duda, para la mayoría de seguidores de Veronica Mars, siete años de
espera han merecido la pena. Nunca pudimos dejarla ir en el pasado, y
desde luego, ha vuelto para recordarnos por qué.
La
última vez que vimos a Veronica Mars se alejaba bajo la lluvia de
California. Miles de preguntas se quedaban en el aire en aquel ya
mítico, decepcionante y paradojicamente profético: The Bitch is
Back.
Tendremos
que trasladamos a Nueva York, nueve años después de aquel fatídico
día de elecciones en Neptune, para volver a ver a nuestra
protagonista. Han pasado nueve años, Verónica dejó la universidad
de Hearst, se fue a Stanford y allí estudió psicología, después
se fue a Columbia y se graduó en derecho y ahí la encontramos, como
la mayoría de jóvenes de nuestra época, sobrecualificados y con
29 años en su primera entrevista de trabajo.
En
algún momento de su vida, Veronica se reencontró con Pizz y
volvieron a salir. Con una vida estable y feliz, alejada de los
años oscuros del instituto ¿Por qué volvería siquiera a pisar
Neptune? La razón ya nos la sabemos y tiene nombre propio: Logan
Echols, el eterno Ex, quien es acusado de asesinar a su novia
Bonnie Deville, una cantante pop muy conocida cuyo nombre real es,
Carrie Bishop.
Dejando
de lado el hecho de que todo lo malo en este mundo le pasa a Logan, y
que es la segunda novia a la que asesinan. (Aún no sé como no acaba
como su madre, tirándose de un puente). Nos centramos un momento en
Bishop.
La
primera vez que la vimos fue en el capítulo 1x14 titulado Mars
VS Mars. Sí, Bishop era aquella chica que acusaba al profesor
más enrollado del instituto de haberse acostado con ella y dejarla
embarazada. En la serie el personaje fue interpretado por
Leigthoon Meester (archiconocida por su papel de Blair Waldorf en
Gossip Girl) quien no pudo/quiso participar en la película.
Lo cierto es, que si nos paramos a pensarlo, el papel estaba escrito
por y para ella. No solo porque también es cantante en la vida real
sino porque su presencia en el film ofrecería un extra de publicidad
a la película.
Sea
como fuera, Meester se fue pero Bishop, con otra cara, otro
cuerpo y un maquillaje en exceso, continuo en el universo Neptune.
Aunque no por mucho tiempo. Como venia diciendo, la película
arranca con la muerte de su personaje y esto se convierte en la
escusa perfecta para hacer regresar a nuestra heroína a su humilde
hogar. (Para descubrir, que ya no es tan humilde, porque menudo
casoplón, al parecer las cosas van muy bien en Mars Investigation) Y
con su vuelta, no solo la vamos a volver a ver en acción resolviendo
un nuevo misterio, sino que nos reencontraremos con aquellos
personajes que alguna vez, pasaron por allí.
Y es
que la vuelta de Veronica está plagada de pequeños y esperados
reencuentros, que nos saben a poco y dejan con ganas de más (las
voces para una secuela ya comienzan a coger fuerza). La vida en
Neptune, como el propio Mister C. le reconoce ha sido demasiado
aburrida sin ella; Pocas cosas han cambiado, salvo la evolución
normal de los personajes, ahora Wallace es el recien ascendido
segundo entrenador de los tritones, Mac trabaja en industrias Kane,
Weevil es una persona diferente, y Dick sigue siendo el mismo. Los
niños pijos aun navegan en sus yates y el departamento de policía
está más podrido que nunca. A Dunkan Kane ni se le menciona.
Aunque su ausencia está más que justificada. Vemos fugazmente a su
madre Celeste Kane, lo que como espectadores nos hace retroceder
atrás en el tiempo, a los tiempo de Lily, a la espléndida primera
temporada, (que si hubieran querido podían haber ampliado un poco
más, no había necesidad de descubrir al asesino tan pronto.) Y nos
damos cuenta de todo lo que ha evolucionado Verónica.
O
quizás no, porque la película va de eso, de volver, de
enfrentarte al pasado, reencontrarse con uno mismo y con sus
demonios, de decidir si merece la pena renunciar a todo aquello que
has construido porque simplemente lo has construido sobre alguien que
aspirabas a ser pero realmente no eras, ni serás. Porque al final
Veronica Mars sigue siendo una adicta a la adrenalina. Y en algún
lugar lejos de aquí, Lily continua soñando.
P.D. Como siempre, os dejo con Banda Sonora. Esta canción protagoniza, además, la escena final de la primera temporada.
Este año, de entre todas
las series que se estrenaban, hubo una que me llamó poderosamente la
atención, no sólo porque parecía un tema bastante original, ya que
no hay series de piratas en antena (ni las hubo anteriormente), sino
porque la historia trata, ni más ni menos, que de la búsqueda del
tesoro más literario de todos los tiempos.
Retrocedemos veinte años
antes que Jim Hawkins embarque en la Hispaniola en busca de un tesoro
enterrado en una isla, y conocemos a Billy Bones, Jon Silver, y al
mismísimo Capitan Flint. Tres personajes por ahora faltos de
carisma que poco se parecen a los personajes que Robert Louis
Stevenson relata y describe en su novela: Billy Bones es un joven
guapo y delgado (aunque algo en su cuerpo anda desproporcionado)
alejado del hombre osco e insalubre que se aloja en la posada del
Almirante Benbow; El Capitán Flint se nos presenta como un hombre de
pasado oscuro, atormentado y con mucha sangre en sus manos, pero
seamos francos, no nos da más miedo que Barbanegra, ni de lejos; Por
último descubrimos a un joven pizpireto llamado John Silver, más
cerca de ser una versión light de Jack Sparrow que del despreciable
filibustero que Stevenson nos describe en su libro, y que aún
conserva sus dos piernas( eso sí, desde el primer capítulo se nos
explica cómo consiguió hacerse, por primera vez, cocinero de un
barco); Y esto solo puede significar que: o los guionistas están un
poco perdidos o que la evolución de los personajes a lo largo de las
temporadas va a ser alucinante. (Esperemos que sea lo segundo)
A parte de los que ya
conocemos, Black Sails nos cuenta a grandes rasgos el día a día de
la vida pirata: peleas, abordajes, ron, sangre, putas y sexo, cómo
no. (Léase sarcásticamente); Y nos introduce en el funcionamiento
de la Isla de Nassau a través del negocio del contrabando, que recaé
en manos de la joven Eleanor Guthrie (lo menos creíble de toda la
serie), cuyo padre es el gobernador británico en esas tierras. La
serie también hace un guiño a la historia del siglo XVIII y nos
incluye piratas reales como Charles Vane, Anne Bony o Jack
Rackham; a éste último le debemos el diseño de la Jolly Roger (Una
calavera sobre dos espadas en cruz)
Lo cierto es que la
serie, tiene cosas a favor: parte de una premisa bastante diferente y
original, tiene una factura técnica muy buena, una genial banda
sonora y una excelente cabecera, pero pronto comienza a diluirse a
causa de unos personajes planos, que acaban resultando increíblemente
sosos y poco creíbles, mención especial a los personajes de Eleanor
Gulthrie y Jonh Silver. Se enreda también en algunas tramas faltas
de interés dentro de la historia principal. Lo que nos interesa es
la búsqueda del Arca de Lima y del tesoro que alberga, el resto nos
da igual, y es por esas otras historias que poco a poco comienza a
perder fuelle, (aunque en sus dos últimos capítulos parece que
comienza a recuperarlo.)
Resumiendo, la serie con
más protagonistas con ojos azules de todos los tiempos, entretiene,
pero no engancha. Probablemente le falte fuerza, determinación y más
abordajes, y le sobren ciertas intrigas y triángulos amorosos que ni
van, ni vienen.
Esperaremos a 2015 a ver
cómo continúan la historia, (que tampoco hay para mucho más, no
podemos pretender que se pasen 5 temporadas buscando un tesoro.)
Mientras tanto, y para quitarnos un poco el desaborío, echaremos mano
de la botella de ron.