¿Y tú qué harías si
no tuvieras trabajo, vivieras en la calle, tuvieras una hija que
mantener, un ex-novio acosador y fueras testigo de cómo alguien que
se parece mucho a ti pero que lleva un traje caro, decide dejarse el
bolso olvidado en una esquina y tirarse a las vías del tren?
Sarah, como la mayoría
de vosotros, decidió aprovechar la oportunidad y recoger el bolso de
esa extraña desconocida (increíblemente tan parecida), usurpando su
identidad. Dando así comienzo a una de las series más interesantes
que nos trajo 2013: Orphan Black.
Lo cierto es que la
historia de cómo una mujer decide suplantar la identidad de otra y
las consecuencias que eso le acarrea ya nos la contó Ringer, allá
por el 2012 y para ser francos, sin mucho éxito (la serie que
supuso el retorno de Buffy a la televisión fue cancelada y no pasó
de su primera temporada).
Pero a lo que íbamos,
puede parecer que Orphan Black va de eso, de cómo alguien tiene que
amoldarse de repente a la vida de otro para poder salir adelante y no
ser descubierta en el intento, pero...¿Y cuándo aparecen dos, tres
y hasta cuatro personas que no solo se parecen a ti, sino que son
copias exactas y a eso le añadimos el hecho de que hay alguien que
se está tomando muchas molestias en hacerlas desaparecer? Sí,
entonces podemos decir que nuestra protagonista se acaba de meter en
un lío de cojones.
La BBC nos trajo el
año pasado esta historia sobre clones que se ha ganado el voto de
la crítica y el público gracias, en primer lugar, al trabajo de su
actriz principal Tatiana Maslany.
Orphan Black, además,
nos ofrece un producto novedoso: un relato de ciencia ficción
enmarcado dentro de los limites de la realidad.
Es un hecho que el ser
humano ha descubierto los mecanismos para la clonación, la Oveja
Dolly fue una prueba de ello, y la serie se nutre de ésto para dar
un paso más allá e imaginar qué pasaría si alguien decide jugar
a ser Dios y lleva a cabo este experimento con seres humanos. ¿Sería
esto un gran paso para la humanidad o algo moralmente inaceptable?
¿El progreso científico lo justifica todo?¿Dónde están los
límites? Son preguntas que no dejamos de plantearnos mientras vemos
la serie, pero que ésta prefiere dejar en un segundo plano y
centrarse en las protagonistas de la historia: los clones, y en cómo
se convierten en meras piezas dentro de un juego cuyas reglas
vagamente conocemos y, a priori, apenas somos capaces de
entender.
Los
10 primeros capítulos toman sus títulos del libro El Origen de
las Especies de Charles Darwin, dándonos alguna pista de
la pregunta fundamental a la que iremos dando respuesta durante la
primera temporada ¿Cúal es el Origen de los clones? Descubrirlo
solo nos traerá más preguntas. Tan solo estamos oliendo el hielo que
nos avisa del Iceberg.
La segunda temporada
se estrena el próximo 19 de Abril. Ya veremos si este segundo
bloque mantiene el ritmo y las expectativas de la primera entrega, y
sobre todo si nos proporciona respuestas. Lo que es seguro, es que
volveremos a ver y disfrutar los mil y un personajes de Tatiana
Maslany, y ya solo por eso la espera habrá merecido la pena.
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