Este año, de entre todas
las series que se estrenaban, hubo una que me llamó poderosamente la
atención, no sólo porque parecía un tema bastante original, ya que
no hay series de piratas en antena (ni las hubo anteriormente), sino
porque la historia trata, ni más ni menos, que de la búsqueda del
tesoro más literario de todos los tiempos.
Retrocedemos veinte años
antes que Jim Hawkins embarque en la Hispaniola en busca de un tesoro
enterrado en una isla, y conocemos a Billy Bones, Jon Silver, y al
mismísimo Capitan Flint. Tres personajes por ahora faltos de
carisma que poco se parecen a los personajes que Robert Louis
Stevenson relata y describe en su novela: Billy Bones es un joven
guapo y delgado (aunque algo en su cuerpo anda desproporcionado)
alejado del hombre osco e insalubre que se aloja en la posada del
Almirante Benbow; El Capitán Flint se nos presenta como un hombre de
pasado oscuro, atormentado y con mucha sangre en sus manos, pero
seamos francos, no nos da más miedo que Barbanegra, ni de lejos; Por
último descubrimos a un joven pizpireto llamado John Silver, más
cerca de ser una versión light de Jack Sparrow que del despreciable
filibustero que Stevenson nos describe en su libro, y que aún
conserva sus dos piernas( eso sí, desde el primer capítulo se nos
explica cómo consiguió hacerse, por primera vez, cocinero de un
barco); Y esto solo puede significar que: o los guionistas están un
poco perdidos o que la evolución de los personajes a lo largo de las
temporadas va a ser alucinante. (Esperemos que sea lo segundo)
Lo cierto es que la
serie, tiene cosas a favor: parte de una premisa bastante diferente y
original, tiene una factura técnica muy buena, una genial banda
sonora y una excelente cabecera, pero pronto comienza a diluirse a
causa de unos personajes planos, que acaban resultando increíblemente
sosos y poco creíbles, mención especial a los personajes de Eleanor
Gulthrie y Jonh Silver. Se enreda también en algunas tramas faltas
de interés dentro de la historia principal. Lo que nos interesa es
la búsqueda del Arca de Lima y del tesoro que alberga, el resto nos
da igual, y es por esas otras historias que poco a poco comienza a
perder fuelle, (aunque en sus dos últimos capítulos parece que
comienza a recuperarlo.)
Resumiendo, la serie con
más protagonistas con ojos azules de todos los tiempos, entretiene,
pero no engancha. Probablemente le falte fuerza, determinación y más
abordajes, y le sobren ciertas intrigas y triángulos amorosos que ni
van, ni vienen.
Esperaremos a 2015 a ver
cómo continúan la historia, (que tampoco hay para mucho más, no
podemos pretender que se pasen 5 temporadas buscando un tesoro.)
Mientras tanto, y para quitarnos un poco el desaborío, echaremos mano
de la botella de ron.
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