martes, 3 de marzo de 2015

25. Abandonando Planilandia

 A veces pienso que no existen todos mis complejos.
A veces pienso que no existen todos mis defectos.



Desde que descubrí que Los Serrano había sido un sueño de Resines, mi relación con la ficción española se rompió.

Nunca he sido fan del género patrio, y no porque al compararlo con series extranjeras las producciones nacionales parecieran un chiste, que tampoco es eso; sino porque con su afán de querer ser un producto para todos los públicos sólo consiguen desvirtuar la trama principal colándonos siempre esa historia de amor imposible con triángulo amoroso incluido; o esas historias de niños inocentes que siempre lían alguna y son el contrapunto de comedia; o los dramas familiares del tipo que se les ocurra; o el abuelo/a que siempre tiene algo que decir y nadie le hace caso...

Si al batiburrillo de tramas, diferentes pero siempre iguales entre sí, le añadimos los 90 minutos de duración y el trato, a veces carente de tacto hacia el espectador y respeto al producto, que le suelen dar las cadenas televisivas emitiéndolas más allá de las 22.30 y con bloques de anuncios interminables, entonces: apaga y vámonos.

A mi se me hace difícil ver productos españoles y tener una opinión positiva de ellos, no sé a vosotros.

Sin embargo, hace tiempo que se vienen urdiendo pequeños experimentos en nuestra ficción, series que comienzan a explorar tramas nuevas más allá de la comedia familiar, e incluso las hay que comienzan a prescindir de niños y abuelos. (No incluir adolescentes aún les cuesta, será que saben que si añaden protagonista buenorro, la ecuación aumenta la audiencia).

"Motivos Personales" fue la primera en dar el gran paso y arriesgar. Al final fue cancelada en su segunda temporada, pero cosiguió convertirse en una de las primeras series de culto española. Y es que en los últimos años hay hueco en nuestra ficción para productos con una trama sólida, distinta y original.

Éste mes, hemos podido asistir al nacimiento de dos series que nos plasman un escenario seriéfilo patrio completamente nuevo y diferente: Bajo Sospecha y El Ministerio del Tiempo.



La primera es un thriller policíaco. Dos policías, interpretados por Blanca Romero y Yon González, deben investigar la extraña desaparición de una niña durante la celebración de su primera comunión. Para ello deberán hacerse pasar por vecinos del pueblo y descubrir qué es lo que verdaderamete pasó ese día. No lo tendrán fácil pues la familia parece tener mucho que ocultar.
La serie tiene ingredientes típicos, si. Familia, niños...incluso atisbo de que con esa tensión sexual no resuelta entre protagonistas nos van a volver a colar la historia de amor. Sin embargo, la serie parece alejarse de los clichés habituales. Cuenta con un ritmo fluido, una atmósfera claustrofóbica y varios giros inesperados que nos mantendrán pegados al sofá, confusos y aturdidos, esperando a que llegue el siguiente capítulo.

De momento Antena 3 está cuidando su producto estrella de esta temporada, emitiéndolo casi puntualmente, del tirón y sin anuncios. Supongo que en cuanto afiancen espectadores volverán a su trato habitual de: empezar con un resumen, colarnos anuncios, volver con el resumen, que empiece la serie, tres segundos de serie y vuelta a los anuncios. Luego un par de bloques por el medio y con suerte nos vamos a la cama antes de las 00,30.


La otra serie, que quizás supone un cambio más notable en la ficción española es El Ministerio del Tiempo, protagonizada por Rodolfo Sancho, Aura Garrido y Cayetana Guillén Cuervo; se convierte en la primera serie de ciencia ficción seria y solvente de nuestro país. Si por algo nos ha sorprendido el producto de la uno es porque no nos esperábamos tamaña calidad. 
Una fotografía de cine acompaña a una historia sorprendente sobre el secreto mejor guardado del Estado Español: la existencia del Ministerio del Tiempo, que vela porque la historia de nuestro país siga siendo la misma y nadie trate de cambiarla.

En el primer capítulo emitido, nos introducen en todos los entresijos del Ministerio: sabemos que los viajes solo pueden ir hacia el pasado y nunca al futuro, que el tiempo es entendido como un lugar y que a sus funcionarios les van a recortar la extra de navidad, pero a cambio les dan un móvil intertemporal que es capaz de llamar a través de los años, décadas, y siglos. ¡olé!

Lo cierto es que, aunque peca en exceso de croma en algunas escenas, el guión es ingenioso, con infinidad de guiños a nuestra cultura, y extrañas dosis de humor en las que no sabes muy bien si se están quedando con el personal o lo que dicen es serio (El momento de nos han recortado la paga extra es indescriptible.)

Televisión Española, por su parte, ha decidido cambiar el horario y día de emisión para evitar competir directamente con Bajo Sospecha. Su cambio a los lunes, enfrentándose con otros dos esperados estrenos: Casados a Primera Vista y Los Nuestros (otra que se está ganando buenas críticas) ha mermado sus datos de audiencia, bajando de 14,8 al 12,9%. Veremos cómo evoluciona y qué decisión toma Televisión Española, sería una pena que los datos no acompañaran a este extraño, delirante y fresco experimento patrio.



Os dejo la banda sonora de hoy: Planilandia, de Lori Meyers incluída en su álbum Impronta (2013).
Planilandia también es el Título de una novela de Edwin A. Abbot.



No hay comentarios:

Publicar un comentario