Lo reconozco,
probablemente nací en la época musical equivocada. Añoro los años
del vinilo, las melodías acompasadas que terminaban con solos de
guitarra desgarradoras, las voces roncas que recitaban poemas
cantados, cuyas interpretaciones eran tan libres como aquello que el
que las oyera quisiera entender; letras que cantaban al amor, la vida
y la muerte, pero también a la libertad, la guerra o las drogas. Por eso, la
película de hoy es una de mis favoritas, porque habla de música, y
de lo que para los de aquella generación significó.
Lo cierto es que creo que
The Music Never Stopped nunca llegó a estrenarse en nuestro país.
(Yo la descubrí por otros medios poco adecuados que no mencionaré)
La película se estrenó en EEUU en el año 2011, es la obra de debut
de Jim Kolhberg y en ella nos cuenta la historia del "Ultimo
Hippie".
Para quienes no lo
conozcáis El Último Hippie es un relato real escrito por el
neurólogo Oliver Sacks y en el que cuenta el caso de Greg, un
individuo afectado de un tumor cerebral que no tiene consciencia del
espacio/tiempo en el que vive, no reconoce a los otros ni
prácticamente a sí mismo, hasta que por medio de una terapia
musical alternativa, descubren que Greg es capaz de volver a ser él
mientras escucha las canciones que marcaron su adolescencia.
Jim Kolhberg lleva esta
asombrosa historia al cine, donde el tumor cerebral se convierte en
una escusa para contarnos una historia real, cercana y entrañable, sobre las
dificultades de las relaciones de padres e hijos.
Henry Swayers
(J.K.Simmons) es un amante de la música de los años 50, las letras
ligeras de estas canciones hablan de cuentos de hadas y de conquistar
a las chicas con un buen baile. Gabriel (el nombre que se le da en
la ficción a Greg e interpretado por Lou Taylor Pucci), su hijo de
diecisiete años, también ama la música, canta en un grupo
versionando canciones de sus artistas favoritos,que
hablan de juventud y verano.
Es, paradójicamente, ese
amor de cada uno hacia la música, y los ideales que representaban
para una generación y otra, lo que les separa y termina por romper
su relación. Ninguno de los dos entiende al otro, y Gabriel, al
igual que la música de aquella época, es rebelde y se siente un
alma libre que no va a seguir las pautas impuestas por un padre que
para él representaba la opresión y los valores patrióticos que
tanto se cuestionaron en aquella época a raíz de la guerra de
Vietnam.
Sin embargo, veinte años
después, la música se convertiría en el único vehículo capaz de
volverles a unir. Gabriel sólo será Gabriel mientras escuche esas
canciones que su padre tan profundamente desaprueba, así que Henry
se verá obligado a escucharlas, rompiendo los esterotipos y prejuicios que durante los años había tenido hacia ese tipo de música, y poco a poco, no sólo irá
entendiendo lo que las canciones significaron para su hijo, sino que comenzarán a
tener un significado especial para él.
The Beattles, The Tulips,
Buffalo Springfield, The Rolling Stone, son algunos de los grupos que
se escuchan durante los 104 minutos de metraje, y por supuesto The
Gratefull Dead, el grupo favorito de Gabriel y cuya canción The
Music Never Stopped da título al film.
Y sí aún estáis indecisos, aquí os dejo el trailer:
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