lunes, 4 de mayo de 2015

32. Hasta la vista, Rock n Roll.


 Si no has visto hasta el capítulo 6x21 en The Good Wife, no sigas leyendo.


La primera vez que la vimos vestía traje negro de esos de raya diplomática. Casi parecía una abogada más del bufete de Lockhart and Gardner. Sería de las pocas veces que la viéramos vestida de oficina. El traje, que apenas le duró un asalto, dejó paso a su inconfundible chaqueta de cuero, botas altas y unas oscuras gafas negras que nos ocultaban su enigmática mirada.
¿Qué estará pensando Kalinda? Nunca antes me había preguntado tanto por lo que discurría en la mente de un personaje. Pero es que a lo largo de los años ha habido pocos personajes como Kalinda Sharma, de esos que siempre tienen recursos para todo, llenos de secretos que ocultar, envueltos en misterio y expectación.
Kalinda era, a ojos del espectador, peligrosa, salvaje, diferente; La oveja negra entre un rebaño de lobos con piel de cordero. Y desentonaba dentro del bufete de la misma manera que las notas de Rock and Roll lo harían en mitad de un concierto de música clásica.


El personaje de Archie Pantjabi siempre tuvo un carisma muy superior al del resto del personajes de la serie, hecho que le llevó a ser la primera actriz de la serie en  ganar el Emmy a la mejor actriz de reparto en 2010.
Pero todo en esta vida debe tener un final, y desde que se filtrara la noticia de que Pantjabi no pensaba volver para una séptima temporada, pues su contrato finalizaba en la sexta, era sólo cuestión de tiempo esperar este momento.

Y finalmente, llegó el día que Kalinda dijo Adiós.

Después de dos temporadas siendo uno de los pilares de la serie, su personaje quedó relegado a un segundo plano coincidiendo con esa "ruptura" con Alicia. Los King no encontraron el hueco necesario para su personaje. Cuando los casos episódicos se fueron diluyendo en la trama poco a poco el misterio e intriga que envolvían a Kalinda se fue apagando. Por eso cuando en la sexta temporada, la detective volvía a ocupar minutos de trama junto a Bishop intuimos que su salida se estaba gestando.



Una vez Kalinda se ve obligada a traicionar a Bishop, para impedir que Diane o Cary testifiquen en su contra, sabemos que hay dos opciones posibles para su personaje: Muerte o Huida. Y Kalinda apareció en nuestras vidas huyendo, era lógico que de irse, se fuera de la misma manera.

La despedida fue agria y enigmática, igual que su personaje. Un beso a Cary, una conversación telefónica con Diane, y una carta a Alicia. Sin duda la despedida más amarga, pues Alicia no estaba en casa y Kalinda se tuvo que conformar con entregarle la carta a Grace. No sabremos si en el futuro habrá una última conversación entre las dos viejas amigas. Pero al final, la culpa invade a Kalinda y las lágrimas de Alicia son amargas.

De entre todos los secretos que Kalinda se llevará a donde quiera que vaya, el mejor guardado siempre será qué pasó en verdad con la marcha de su marido, Nick. Aunque todos odiemos al personaje interpretado por Marc Warren, pues esta trama sólo supuso un importante desgaste del personaje de Pantjabi, nunca sabremos si Kalinda cumplió su amenaza y lo acabó matando o si este prefirió alejarse de su mujer voluntariamente.


Kalinda Sharma va a dejar un vacío muy grande en la serie y su marcha puede marcar a Cary de la misma manera que la marcha de Will dejó huella en Alicia. Nuestros abogados tendrán que aprender a desenvolverse sabiendo que ya no estará Kalinda para sacarles a todos las castañas del fuego, o ganar un juicio con el último truco que ella se haya sacado de la manga.

Otro de los misterios que nos ha dejado la marcha de Kalinda es saber dónde se ha metido Robin todos estos meses. Desde el final de la quinta temporada no la hemos vuelto a ver, y ahora que Kalinda abandona el barco, muchos no dejan de preguntarse qué ha pasado con la segunda detective en nómina.
Supongo que ese misterio se resolverá con el tiempo.

Mientras tanto sólo nos queda mirar hacia el futuro de The Good Wife, un futuro donde ya no habrá más chaquetas de cuero.

Se fue el Rock'n'Roll.
Adios, Kalinda.


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