Si no has visto nunca la serie, avanzo un poco tramas que surgen a a partir de la 2ª temporada, si a esto lo consideras Spoiler, no sigas leyendo.
Estás siendo vigilado.
Person of interest tenía
claro desde el principio lo que era, una serie de acción, donde cada
capítulo se centraba en evitar un crimen, salvar una vida o
descubrir quien era el perpetrador (palabra que hemos descubierto
gracias a la serie) de un crimen.
Pensada para ser una
serie episódica y ágil en su desarrollo, de esas que ves por puro
entretenimiento, pronto se fue transformando en algo más. A medida
que pasaban las temporadas, y sobre todo tras la aparición de Root
(Amy Acker), el personaje más enigmático y con más carisma de la
serie, ésta comenzó a recorrer un sendero sinuosamente diferente.
Las tramas de fondo
comenzaron a coger fuerza, los personajes secundarios empezaron a ser
una gran baza pues aportaban toques de aire fresco y se agradecía
ver otra cara que no fuera la mono temática de Jon Reese (Jim
Caviezel), quizás el personaje menos conseguido de todos, a pesar de
su protagonismo casi unilateral en las primeras temporadas.
En la tercera temporada,
los creadores de la serie dejaron claro cuales eran sus pretensiones
en este nuevo camino que estaban comenzando a recorrer. Debíamos de
empezar a tomárnosla en serio, nuestros protagonistas no eran héroes
imbatibles que siempre salían invencibles de las batallas, si no
simples soldados en medio de una guerra entre dos Inteligencias
Artificales creadas para protegernos, aunque el concepto de
protección de cada una sea diferente.
Nuestra máquina, la que
nos presentan desde el inicio, fue creada con conciencia humana,
capaz de diferenciar los actos éticos de los no éticos. Dotada de
empatía, compasión y bondad, es capaz de sentir como propios los
sentimientos de los demás. Lo sabemos porque la serie nos va
narrando a través de sus cuatro temporadas cómo Harold (Michael
Emerson) construyó la máquina y la creó a nuestra imagen y
semejanza.
El antagonista en
cuestión se llama Samaritan, un nombre bíblico para una IA que si
bien su fin es protegernos, decide unánimemente quien merece ser
salvado y quien castigado. Samaritan manipula a los hombres a su
antojo y eliminará a todos aquellos que se interpongan en su
misterioso objetivo final.
Un Dios bueno contra un
Dios malo peleando por el control de las personas, y todo, nos dicen,
que es por nuestra protección.
Pretendiéndolo o no,
Person Of Interest ha puesto encima de la mesa el debate de la
vigilancia silenciosa. Esa necesidad de los gobiernos de controlar
todos nuestros movimientos a fin de evitar que una conducta desviada
derive en un mal mayor. La psicosis tras el 11-S ha marcado a toda
una generación, y eso se nota en nuestro día a día.Vivimos con
miedo a que algo tan atroz se vuelva a repetir, y debido a ese miedo
necesitamos tener el control de todo lo que sucede a nuestro
alrededor. Y no hay mejor forma de controlar a millones de personas,
que tenerlas constantemente vigiladas. Muchos ciudadanos están a
favor de que se nos vigile silenciosamente para evitar males mayores,
otros están en contra, y muchos se preguntan qué pasaría si toda
esta información fuera a caer en las manos equivocadas.
De alguna manera la serie
nos abre un poco los ojos, y nos enseña que al final todos y cada
uno de nosotros formamos parte de la "Máquina", estamos
dentro de ella, porque ella ha logrado convertirse en uno más de
nosotros. Una llamada de teléfono, un mail o el gps de tu móvil. Las
fotos de fin de semana en tu casa de campo, los estados en twitter o
la foto en instagram del último coche que te has comprado. ¿Creías
que tenias una vida anónima?
Bienvenido a La Maquina.
El tema de hoy "Welcome to the Machine" de Pink Floyd incluido en su álbum Wish You were Here. Tema que además, cierra la cuarta temporada de la serie.
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