martes, 22 de abril de 2014

15. Más allá de la Ciudad de los Goblins

Quien haya nacido en los 80 y tenga hermanos, me entenderá, porque ¿Quién no ha llamado nunca a los Goblins para que se los llevaran y dejaran de incordiar en nuestras vidas?

Los Goblins, por si alguien no sabe de qué estoy hablando, eran unos seres feos, maleducados y de voz chillona que se dedicaban a robar bebés para que el malvado Jareth, Rey de los Gobblins, los criara como uno más en su castillo dentro del Laberinto.



La película Dentro del Laberinto nos cuenta la historia de una adolescente algo rebelde y con mucha imaginación llamada Sarah (Jeniffer Connelly) que vive inmersa en su mundo de cuentos, donde a la realidad y a lo imaginario apenas les separa una delgada línea. El libro favorito de Sarah se llama El Laberinto, (que como podéis imaginar habla de los Goblins y su Rey.) Por eso, una noche en que su padre y su madrastra salen a cenar y le toca cuidar al consentido, pesado y llorón de su hermano pequeño Toby (un bebé de apenas un año) en un ataque de maldad transitoria y como tantas veces leyó en sus libros decide pronunciar las palabras mágicas: "Ojalá vinieran los Goblins y se te llevaran, ahora mismo"



Pero lo que de Sarah pensaba que era una fantasía se hace realidad. Comienzan a aparecer sombras extrañas y peludas que se llevan a su hermano y Jareth, el Rey de los Goblins (David Bowie) aparece ante ella. Al darse cuenta de lo que ha hecho, Sarah, arrepentida, le pide que le devuelva a Toby, él le propone un trato: Tiene 13 horas para atravesar el Laberinto, llegar al Castillo y liberar a su hermano, sino éste se quedará con él y lo perderá para siempre.
Y así comienza la Odisea de Sarah, que nos llevará a través de un mundo de fantasía, donde los personajes extraños, los acertijos y los callejones sin salida serán los protagonistas.


El film fue dirigido por Jim Henson (Dark Crystal) y toma referencias de Alicia en el País de las Maravillas y El Mago de Oz. Como curiosidad, los únicos personajes humanos eran Connelly y Bowie, el resto del reparto son títeres o actores caracterizados entre los que destaca Warwick Davis (Protagonista de Willow, otra que habrá que revisionar) dando vida a un soldado Goblin.

La película es de 1986 y cuenta con unos efectos especiales muy pobres (los de la época), que hoy en día dejarían bastante que desear y que a veces rozan lo grotesco con tintes de vergüenza ajena. Aún así la magia de la historia sobrevive a los desajustes tecnológicos y continua inmortal, entre otras cosas, porque todos fuimos Sarah en algún momento de nuestras vidas. Tuvimos que crecer, aprender a tomar decisiones, aprender a ser adultos y con ello una lección muy importante: nadie tiene poder sobre nosotros, ni siquiera ese mundo de fantasía que nos resistimos a abandonar para evitar enfrentarnos a la cruda realidad de que sin quererlo nos hemos hecho mayores, hemos dejado el Laberinto atrás, y ya nunca volveremos a la ciudad de los Goblins.


Por supuesto, lo mejor de todo es la banda sonora de David Bowie ¿De quién sino?


 P.D. Por si a alguien no le quedó claro, es una película infantil; pero que muchos adultos disfrutarán


lunes, 14 de abril de 2014

14. Meigas

Vamos a hacer un ejercicio de reflexión seriéfila. Paremos a pensar un momento en las series de moda que estamos viendo de unos años a esta parte. Se me ocurren títulos de los más variopintos que van desde House Of Cards a Juego de Tronos, pasando por The Walking Dead y dejando en el retrovisor a The Wire. ¿Qué tienen en común todas estas series? Sí, son todas series de éxito que marcaron la vida  de muchos espectadores, pero además de todo ello está el hecho de que antes que serie fueron libros.

Puede que las adaptaciones literarias hayan tenido un resurgimiento especial desde que EL Señor de los Anillos fuera llevada al cine, después de ella vino otra gran saga: Harry Potter, y así en los últimos años viene siendo  algo normal ver a nuestros héroes literarios en la gran pantalla. La industria de la televisión ha debido de pensar que la táctica debía de ser igual de exitosa en la pequeña pantalla o incluso más, al tratarse de un producto de mayor duración que podría cuidar mucho más los detalles, y de ésta manera ha encontrado historias en las que inspirarse aguardando con paciencia en las estanterías.

 Ahora que esas estanterías se van quedando vacías de libros, surgen las ideas de crear series a partir de películas. Las últimas noticias apuntan a que Paramount Tv está preparando una serie sobre El Show de Truman y otra sobre Ghost, pero lo cierto es que otras antes que ellas han desarrollado esta idea: la reciente About a Boy, Anger Mannagement, Friday Night Live o Buffy Cazavampiros son algunos ejemplos de esta nueva moda.




                              Otra táctica televisiva muy en boga en EEUU es hacer remakes a la americana de series de televisión de todo el mundo: Homeland es el ejemplo más conocido, y exitoso, basado en la serie israelí Hatufim, también The Killing o The Brigde están basadas en sendas series danesas (Forbrydelsen y Boen) Being Human está basada en la serie inglesa del mismo nombre e incluso la española Los Misterios de Laura tendrá su adaptación americana. Y por supuesto, dentro de esta sección se encuentra las de las Pre-cuelas: Bates Botel: Pre cuela de Psicosis; Black Sails: Pre-cuela de la Isla del Tesoro. Hannibal: Pre-cuela de la saga sobre Hannibal Lecter iniciada en El Silencio de los Corderos.

Probablemente las series de televisión americanas estén viviendo el mayor apogeo de su historia. Se han convertido en un auténtico filón; todo el marketing que las acompaña o el fenómeno fan mundial son algunas de las razones que han impulsado a muchas cadenas a desarrollar sus propias producciones televisivas. El mercado está en alza, pero a veces parece que no nos tienen nada nuevo que contar, parece que es más fácil, rápido y puede requerir menos esfuerzo desarrollar una idea que alguien ya desarrolló antes, y además,  con éxito.

Pero veamos el otro lado, dentro de los estrenos más recientes de series nos encontramos con True Detective, ejemplo de cómo hacer una serie original de calidad y éxito; The Following (que es el ejemplo contrario) The Americans u Orphan Black. Los argumentos 100% originales comienzan a escasear en parrilla¿Nos quedan aún historias por descubrir que nadie nos haya contado antes? Quizás las series originales acaben siendo como las Meigas: Haberlas haylas. Lo difícil será encontrarlas.

domingo, 13 de abril de 2014

13. Aproximándonos al Iceberg

¿Y tú qué harías si no tuvieras trabajo, vivieras en la calle, tuvieras una hija que mantener, un ex-novio acosador y fueras testigo de cómo alguien que se parece mucho a ti pero que lleva un traje caro, decide dejarse el bolso olvidado en una esquina y tirarse a las vías del tren?

Sarah, como la mayoría de vosotros, decidió aprovechar la oportunidad y recoger el bolso de esa extraña desconocida (increíblemente tan parecida), usurpando su identidad. Dando así comienzo a una de las series más interesantes que nos trajo 2013: Orphan Black.


Lo cierto es que la historia de cómo una mujer decide suplantar la identidad de otra y las consecuencias que eso le acarrea ya nos la contó Ringer, allá por el 2012 y para ser francos, sin mucho éxito (la serie que supuso el retorno de Buffy a la televisión fue cancelada y no pasó de su primera temporada).

Pero a lo que íbamos, puede parecer que Orphan Black va de eso, de cómo alguien tiene que amoldarse de repente a la vida de otro para poder salir adelante y no ser descubierta en el intento, pero...¿Y cuándo aparecen dos, tres y hasta cuatro personas que no solo se parecen a ti, sino que son copias exactas y a eso le añadimos el hecho de que hay alguien que se está tomando muchas molestias en hacerlas desaparecer? Sí, entonces podemos decir que nuestra protagonista se acaba de meter en un lío de cojones.


La BBC nos trajo el año pasado esta historia sobre clones que se ha ganado el voto de la crítica y el público gracias, en primer lugar, al trabajo de su actriz principal Tatiana Maslany.
Maslany, hace parecer fácil algo que realmente es sumamente complicado: interpreta a Sarah, a Beth, a Cosima, a Alison, a Helena, a Katja (y a las que nos queden por ver) de una manera tan creible y sutil que con un solo gesto, una postura o una manera de mover sus cejas sabes cuál es el personaje que tienes ante ti. No es de extrañar que por todo ello recibiera una nominación a los Globos de Oro y ganase varios premios de la critica como los Critics Choice Awards de 2013.

Orphan Black, además, nos ofrece un producto novedoso: un relato de ciencia ficción enmarcado dentro de los limites de la realidad.
Es un hecho que el ser humano ha descubierto los mecanismos para la clonación, la Oveja Dolly fue una prueba de ello, y la serie se nutre de ésto para dar un paso más allá e imaginar qué pasaría si alguien decide jugar a ser Dios y lleva a cabo este experimento con seres humanos. ¿Sería esto un gran paso para la humanidad o algo moralmente inaceptable? ¿El progreso científico lo justifica todo?¿Dónde están los límites? Son preguntas que no dejamos de plantearnos mientras vemos la serie, pero que ésta prefiere dejar en un segundo plano y centrarse en las protagonistas de la historia: los clones, y en cómo se convierten en meras piezas dentro de un juego cuyas reglas vagamente conocemos y, a priori, apenas somos capaces de entender.

Los 10 primeros capítulos toman sus títulos del libro El Origen de las Especies de Charles Darwin, dándonos alguna pista de la pregunta fundamental a la que iremos dando respuesta durante la primera temporada ¿Cúal es el Origen de los clones? Descubrirlo solo nos traerá más preguntas. Tan solo estamos oliendo el hielo que nos avisa del Iceberg.

La segunda temporada se estrena el próximo 19 de Abril. Ya veremos si este segundo bloque mantiene el ritmo y las expectativas de la primera entrega, y sobre todo si nos proporciona respuestas. Lo que es seguro, es que volveremos a ver y disfrutar los mil y un personajes de Tatiana Maslany, y ya solo por eso la espera habrá merecido la pena.




martes, 8 de abril de 2014

12. Canciones de Cine II

Un nuevo especial sobre la música que acompaña a nuestros recuerdos cinéfilos. Hoy hacemos hueco a cinco de esas canciones que, después de tanto y tanto escuchar hemos acabado odiando, pero que a pesar de todo, siempre serán Canciones de Cine.



5.Oh, Pretty Woman. Roy Orbison

La canción, lanzada en 1964, (bien podía haber sido incluida en el especial anterior) pone la banda sonora a esa especie de revisión moderna del clásico de Disney de "La Cenicienta" que fue Pretty Woman y que protagonizaron Julia Roberts y Richard Gere recién estrenados los años 90.
Sobreviví 23 años sin ver la película, a pesar de las continuas reposiciones del film pero no tuve tanta suerte con la canción, que siempre acompaña a las promociones de la película y aún suena en alguna que otra radio. Que queréis que os diga, me cansa el ritmo, la melodía siempre igual, la letra repetitiva y el hecho de que cada vez que la escucho veo Julia Roberts por todas partes.



  1. Bring me to Life. Evanescence

En 2003 se estrena la película Daredevil con Ben Aflleck (Aka Batman) como protagonista, dando vida a este superhéroe ciego con sed de venganza, y que pasó con más pena que gloria por las pantallas de todo el mundo.
Sin embargo, la película sirvió para dar a conocer al grupo Evanescence que en seguida se coló en las listas de éxito de varias radios. Bring me to life era buena, pero acabó muriendo de éxito y el grupo con ella. 



3. Supercalifragilisticoexpialidoso. Richard M Sherman y Robert B. Sherman

Mundialmente conocida por ser interpretada en 1964 por Mary Popins, la niñera que todos los niños queríamos tener y todos los padres despedir, y que cantamos en innumerables ocasiones, más rápido, más lento, al derecho o del revés; la melodía rítmica y los gorgoritos de Julie Andrews comienzan a ser cansinos cuando llegas a la repetición 1312549 (Y mucho antes también) de esa escena inverosímil de una cacería en dibujos animados.
En este paquete también podemos meter la deprimente "Migas de pan" que a más de uno/a nos hacía llorar.


2. I don't want to miss a thing. Aerosmith.

Escrita en 1998 para incluirse en la Banda Sonora de la película Armageddon, esa en la que Bruce Willis y Batman (Alla Ben Affeck) tienen que salvar al mundo de un meteorito gigante que amenaza con destruir el planeta tierra y todo lo que en él habita.

La canción permaneció durante 4 semanas consecutivas (y eternas) en el número 1 del BillBoard Hot 100 americano, siendo el primer single del grupo que alcanzaba esta posición.


Personalmente no puedo evitar las arcadas cada vez que la escucho. ¿Y por qué no ocupa el numero 1? Bueno, porque en esa posición se encuentra una canción que no solo me hace potar a mi, sino también a la mismísima Kate Winsley.

1. My heart will go on. Celine Dion.

Ai...Titanic, Titanic, cuantos disgustos trajiste al mundo. No sólo porque todos sabemos que en esa tabla cabían dos, sino porque contigo llegó esta pastelada de canción, que después de vender 30 millones de copias y ganar un Oscar, se convertía también en la canción más emitida en las radios del mundo. Una auténtica tortura china que aún hoy, 17 años después, sigue resonando en nuestras cabezas y haciendo eco en algunas radios.




Y Vosotros ¿Qué canción de cine odiáis más?

jueves, 3 de abril de 2014

11. La Teoria M.

Veíamos mal la perspectiva. Ese era nuestro problema.

Si algo se puede decir, casi con rotundidad a día de hoy y de modo unánime, es que la serie revelación de este primer periodo de 2014 ha sido True Detective. La serie de detectives de HBO  protagonizada en su primera temporada por Matthew McConaughey y Woody Harrelson ha causado verdadero furor entre los fans.


La historia de Martin Hurlt (Harrelson) y Rustle Cohle (McConaughey) y de la investigación en el año 1995 de un asesinato con aires de ritual satánico y un posterior asesino en serie cuya pista parece seguir viva diecisiete años después, ha cautivado a miles de ávidos seriefilos y amantes del género policíaco.

"La reinvención del genero", "Una serie imprescindible", "La serie del año" y así, un comentario tras otro de alabanzas, buenos haceres y magníficas interpretaciones. Lo cierto es que bien merece la serie ser vista solo para sorprendernos una vez más con McConaughey, quien derrocha todo el talento que ha estado desperdiciando durante tantos años.

Su personaje sin duda, es EL personaje. Un tipo raro, inquietante y oscuro. Al borde de la locura. Cercano a la genialidad. Mundano en general y sin nada especial. El personaje de Harrelson, por el contrario, es un tipo normal, un padre de familia con un lío de faldas. Por momentos bobalicón. Y la mayoría del tiempo impredecible, irracional e iracundo.

Ambos contrarios y sin embargo complementarios. Y ahí reside el alma de la serie. La razón de que guste, triunfe y se la alabe. Y es que por momentos perdemos el hilo de la investigación para pararnos, adentrarnos y deleitarnos en las vidas de estos personajes.

Aparte de este peculiar totem y la inquietante caza del asesino; la serie maravilla y conquista también por esos pequeños detalles, que la hacen especial y la diferencian de otras de su género: su música, su cabecera, su plano secuencial del capítulo 4, su escenografía oscura y sombría y esas referencias omnipresentes a Lovecraft (Que para mi eran totalmente desconocidas y que descrbrí gracias a este artículo  donde te explican muy bien los origenes del Rey Amarillo y Carcosa.)



Analizando todo esto, se entiende porque las alabanzas eran unánimes. Claro que luego llegó el capítulo 8 y ese final "raro" que pocos se esperaban.

(Nunca creí que diría esto, pero...) a partir de aquí si no has visto el final no sigas: ¡¡¡Spoilers !!!.

Para muchos, fue decepcionante descubrir que finalmente, el asesino, era un tipo normal, que como siempre pasaba por los primeros capítulos desapercibido, y que las teorías conspiranoicas que no paraban de tejerse en sus mentes, no tenían cabida en un fin de temporada que cerraba la historia del asesino de Louisiana de un modo más o menos feliz.

Pero el problema ya nos lo adelantaba Rustle en uno de sus inquietantes monólogos sin sentido aparente e ingenioso de todos modos: No lo estábamos viendo desde la perspectiva adecuada: veíamos la esfera y no el círculo. Nos cegaba el hecho de encontrar al asesino, de que su descubrimiento nos sorprendiera y nos dejara sin aliento. El momento cumbre. La adrenalina. El gran final.

Y al final, siempre se trató del camino.