Quien haya nacido en los
80 y tenga hermanos, me entenderá, porque ¿Quién no ha llamado nunca a los
Goblins para que se los llevaran y dejaran de incordiar en nuestras
vidas?
Los Goblins, por si
alguien no sabe de qué estoy hablando, eran unos seres feos,
maleducados y de voz chillona que se dedicaban a robar bebés para
que el malvado Jareth, Rey de los Gobblins, los criara como uno más
en su castillo dentro del Laberinto.
La película Dentro del
Laberinto nos cuenta la historia de una adolescente algo rebelde y
con mucha imaginación llamada Sarah (Jeniffer Connelly) que vive
inmersa en su mundo de cuentos, donde a la realidad y a lo imaginario
apenas les separa una delgada línea. El libro favorito de Sarah se
llama El Laberinto, (que como podéis imaginar habla de los Goblins y
su Rey.) Por eso, una noche en que su padre y su madrastra salen a
cenar y le toca cuidar al consentido, pesado y llorón de su hermano
pequeño Toby (un bebé de apenas un año) en un ataque de maldad
transitoria y como tantas veces leyó en sus libros decide pronunciar
las palabras mágicas: "Ojalá vinieran los Goblins y se te
llevaran, ahora mismo"
Pero lo que de
Sarah pensaba que era una fantasía se hace realidad. Comienzan a aparecer sombras extrañas y
peludas que se llevan a su hermano y Jareth, el Rey de los Goblins
(David Bowie) aparece ante ella. Al darse cuenta de lo que ha hecho,
Sarah, arrepentida, le pide que le devuelva a Toby, él le
propone un trato: Tiene 13 horas para atravesar el Laberinto, llegar
al Castillo y liberar a su hermano, sino éste se quedará con él y
lo perderá para siempre.
Y así comienza la Odisea
de Sarah, que nos llevará a través de un mundo de fantasía, donde
los personajes extraños, los acertijos y los callejones sin salida
serán los protagonistas.
El film fue dirigido por
Jim Henson (Dark Crystal) y toma referencias de Alicia en el País de
las Maravillas y El Mago de Oz. Como curiosidad, los únicos
personajes humanos eran Connelly y Bowie, el resto del reparto son
títeres o actores caracterizados entre los que destaca Warwick
Davis (Protagonista de Willow, otra que habrá que revisionar) dando
vida a un soldado Goblin.
La película es de 1986 y
cuenta con unos efectos especiales muy pobres (los de la época), que hoy en día
dejarían bastante que desear y que a veces rozan lo grotesco con
tintes de vergüenza ajena. Aún así la magia de la historia
sobrevive a los desajustes tecnológicos y continua inmortal, entre
otras cosas, porque todos fuimos Sarah en algún momento de nuestras
vidas. Tuvimos que crecer, aprender a tomar decisiones, aprender a
ser adultos y con ello una lección muy importante: nadie tiene poder
sobre nosotros, ni siquiera ese mundo de fantasía que nos resistimos
a abandonar para evitar enfrentarnos a la cruda realidad de que sin
quererlo nos hemos hecho mayores, hemos dejado el Laberinto atrás, y
ya nunca volveremos a la ciudad de los Goblins.
Por supuesto, lo mejor de
todo es la banda sonora de David Bowie ¿De quién sino?
P.D. Por si a alguien no le quedó claro, es una película infantil; pero que muchos adultos disfrutarán